El sol de verano danza sobre las olas, invitando a muchos a explorar los mundos submarinos a través del buceo. Si bien el buceo ofrece una inmensa alegría y aventura, también conlleva riesgos potenciales para la salud, principalmente la enfermedad por descompresión.
Comprender la enfermedad por descompresión
La enfermedad por descompresión, también conocida como enfermedad del buceador, enfermedad de saturación o barotrauma, se produce cuando un buceador asciende demasiado rápido desde entornos de alta presión. Durante las inmersiones, los gases, en particular el nitrógeno, se disuelven en los tejidos del cuerpo debido al aumento de presión. Cuando los buceadores ascienden demasiado rápido, la brusca disminución de la presión permite que estos gases disueltos formen burbujas, lo que reduce la circulación sanguínea y provoca daños en los tejidos. Esta afección puede manifestarse con diversos síntomas, afectando al sistema musculoesquelético y pudiendo ocasionar complicaciones graves.
Las estadísticas sobre la enfermedad por descompresión son alarmantes: la tasa de mortalidad puede alcanzar el 11%, mientras que la tasa de discapacidad puede llegar al 43%, lo que subraya la gravedad de esta afección. No solo los buceadores están en riesgo, sino también los buceadores no profesionales, los pescadores, los aviadores que vuelan a gran altitud, las personas obesas y quienes tienen más de 40 años y problemas cardiovasculares.
Síntomas de la enfermedad por descompresión
Los síntomas de la enfermedad por descompresión suelen manifestarse como dolor en los brazos o las piernas. Su gravedad puede variar y se clasifican en:
Leve: Picazón en la piel, manchas moteadas y dolor leve en músculos, huesos o articulaciones.
Moderado: Dolor intenso en músculos, huesos y articulaciones, junto con algunos síntomas neurológicos y gastrointestinales.
Grave: Trastornos del sistema nervioso central, insuficiencia circulatoria y disfunción respiratoria, que pueden provocar daños permanentes o incluso la muerte.
Las investigaciones indican que los daños en los sistemas neurológico, respiratorio y circulatorio representan aproximadamente entre el 5 y el 25 % de los casos graves de enfermedad por descompresión, mientras que las lesiones leves a moderadas generalmente afectan la piel y el sistema linfático, representando entre el 7,5 y el 95 %.
El papel de la oxigenoterapia hiperbárica
La oxigenoterapia hiperbárica (OHB) es un tratamiento establecido y eficaz para la enfermedad por descompresión. La intervención es más efectiva cuando se administra durante la fase aguda de la enfermedad, y el resultado está estrechamente ligado a la gravedad de los síntomas.
Mecanismo de acción
La terapia HBO funciona aumentando la presión ambiental alrededor del paciente, lo que produce los siguientes efectos cruciales:
Reducción del volumen de las burbujas de gas: El aumento de presión reduce el volumen de las burbujas de nitrógeno dentro del cuerpo, mientras que la mayor presión acelera la difusión del nitrógeno desde las burbujas hacia la sangre y los fluidos tisulares circundantes.
Intercambio de oxígeno mejorado: Durante el tratamiento, los pacientes inhalan oxígeno, que reemplaza al nitrógeno en las burbujas de gas, facilitando la rápida absorción y utilización del oxígeno.
Mejora de la circulación: Las burbujas más pequeñas pueden viajar hacia los vasos sanguíneos pequeños, minimizando la zona del infarto y mejorando el flujo sanguíneo.
Protección de los tejidos: La terapia alivia la presión sobre los tejidos y reduce la probabilidad de daño celular.
Corrección de la hipoxia: La terapia HBO aumenta la presión parcial de oxígeno y el contenido de oxígeno en sangre, corrigiendo rápidamente la hipoxia tisular.
Conclusión
En conclusión, la oxigenoterapia hiperbárica se erige como una herramienta fundamental contra la enfermedad por descompresión, brindando beneficios inmediatos y potencialmente vitales. Con una mayor conciencia sobre los riesgos asociados al buceo y la eficacia de la oxigenoterapia hiperbárica, los buceadores y las personas que podrían sufrirla pueden tomar decisiones informadas para proteger su salud.
Hora de publicación: 27 de agosto de 2024