
Un estudio reciente exploró los efectos de la terapia de oxígeno hiperbárico en la función cardíaca de personas que padecen COVID prolongada, que se refiere a diversos problemas de salud que persisten o reaparecen después de la infección por SARS-CoV-2.
Estos problemas pueden incluir ritmos cardíacos anormales y un mayor riesgo de disfunción cardiovascular. Los investigadores descubrieron que inhalar oxígeno puro a alta presión puede ayudar a mejorar las contracciones cardíacas en pacientes con COVID-19 prolongada.
El estudio fue dirigido por la profesora Marina Leitman, de la Facultad de Medicina Sackler de la Universidad de Tel Aviv y el Centro Médico Shamir de Israel. Aunque los hallazgos se presentaron en una conferencia organizada por la Sociedad Europea de Cardiología en mayo de 2023, aún no han sido revisados por pares.
COVID prolongado y preocupaciones cardíacas
La COVID persistente, también conocida como síndrome pos-COVID, afecta aproximadamente entre el 10 % y el 20 % de las personas que han tenido COVID-19. Si bien la mayoría de las personas se recuperan completamente del virus, la COVID persistente se puede diagnosticar cuando los síntomas persisten durante al menos tres meses después de la aparición inicial de los síntomas de COVID-19.
Los síntomas de la COVID persistente abarcan diversos problemas de salud, como dificultad para respirar, dificultades cognitivas (conocidas como niebla mental), depresión y numerosas complicaciones cardiovasculares. Las personas con COVID persistente tienen un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas, insuficiencia cardíaca y otras afecciones relacionadas.
Incluso personas que no tenían problemas cardíacos previos ni un alto riesgo de enfermedad cardiovascular han experimentado estos síntomas, como indica un estudio realizado en 2022.
Los métodos del estudio
La Dra. Leitman y sus colaboradores reclutaron a 60 pacientes que presentaban síntomas crónicos de COVID-19, incluso después de casos leves o moderados, con una duración de al menos tres meses. El grupo incluía tanto a personas hospitalizadas como a personas no hospitalizadas.
Para llevar a cabo su estudio, los investigadores dividieron a los participantes en dos grupos: uno que recibió oxigenoterapia hiperbárica (TOHB) y el otro que recibió un procedimiento simulado (simulado). La asignación se realizó de forma aleatoria, con el mismo número de sujetos en cada grupo. A lo largo de ocho semanas, cada persona se sometió a cinco sesiones semanales.
El grupo TOHB recibió oxígeno al 100 % a una presión de 2 atmósferas durante 90 minutos, con breves descansos cada 20 minutos. Por otro lado, el grupo placebo recibió oxígeno al 21 % a una presión de 1 atmósfera durante el mismo tiempo, pero sin descansos.
Además, todos los participantes se sometieron a una ecocardiografía, una prueba para evaluar la función cardíaca, antes de la primera sesión de HBOT y de 1 a 3 semanas después de la última sesión.
Al inicio del estudio, 29 de los 60 participantes presentaron un valor promedio de deformación longitudinal global (GLS) de -17,8 %. De ellos, 16 fueron asignados al grupo TOHB, mientras que los 13 restantes al grupo de tratamiento simulado.
Los resultados del estudio
Tras los tratamientos, el grupo de intervención experimentó un aumento notable en el GLS promedio, alcanzando el -20,2 %. De igual forma, el grupo placebo también experimentó un aumento en el GLS promedio, que alcanzó el -19,1 %. Sin embargo, solo la primera medición mostró una diferencia significativa con respecto a la medición inicial al inicio del estudio.
El Dr. Leitman observó que casi la mitad de los pacientes con COVID prolongada presentaban deterioro de la función cardíaca al inicio del estudio, según lo indicado por el GLS. Sin embargo, todos los participantes del estudio presentaron una fracción de eyección normal, una medida estándar utilizada para evaluar la capacidad de contracción y relajación del corazón durante el bombeo sanguíneo.
El Dr. Leitman concluyó que la fracción de eyección por sí sola no es lo suficientemente sensible para identificar a los pacientes con COVID prolongada que pueden tener una función cardíaca reducida.
El uso de oxigenoterapia podría tener beneficios potenciales.
Según el Dr. Morgan, los hallazgos del estudio sugieren una tendencia positiva con la terapia de oxígeno hiperbárico.
Sin embargo, recomienda precaución, ya que la oxigenoterapia hiperbárica no es un tratamiento universalmente aceptado y requiere mayor investigación. Además, algunas investigaciones preocupan por un posible aumento de arritmias.
La Dra. Leitman y sus colaboradores concluyeron que la oxigenoterapia hiperbárica puede ser beneficiosa para los pacientes con COVID persistente. Sugiere que se necesita más investigación para identificar qué pacientes se beneficiarían más, pero podría ser beneficioso para todos los pacientes con COVID persistente someterse a una evaluación de la deformación longitudinal global y considerar la oxigenoterapia hiperbárica si su función cardíaca está deteriorada.
El Dr. Leitman también expresa la esperanza de que futuros estudios puedan proporcionar resultados a largo plazo y ayudar a los profesionales de la salud a determinar el número óptimo de sesiones de terapia con oxígeno hiperbárico.
Hora de publicación: 05-ago-2023